Luego de 1959 es bien conocido que cientos de cubanos, por no decir miles, una vez abandonaban Cuba no podían regresar (o no les estaba permitido) por razones políticas. Un caso excepcional y del que no existen versiones oficiales ni testimonios de primera mano sobre cómo consiguió tener autorización para su regreso, es el del periodista Ramón Vasconcelos, quien tomó un vuelo de vuelta a La Habana en fecha nunca precisada de 1964, en el más absoluto secretismo.

El viejo periodista falleció un tiempo después, a los 77 años, en una casa en la playa habanera de Santa María del Mar, el 11 de agosto de 1965.

Los que hemos estudiado algo la historia de la prensa cubana, no podemos evitar toparnos en algún momento con Ramón Vasconcelos, un periodista descollante y polémico, que siempre trató de no buscarse demasiados líos con el gobernante de turno durante su agitada vida en la primera mitad del siglo XX. Había sido Ministro de Comunicaciones en los últimos años de Fulgencio Batista en el poder. Alerta, el periódico del que era director y propietario desde 1949, fue tomado por los simpatizantes de Castro a la huida de Batista.

Este periódico se opuso al régimen de facto de Batista en los primeros meses posteriores al 10 de marzo de 1952, pero luego Vasconcelos modificaría su posición editorial para sumarse a una serie de medios impresos complacientes con el batistato, como eran los casos de Ataja, de Alberto Salas Amaro y Tiempo en Cuba, de Rolando Masferrer.

No se conoce la fecha exacta en que Vasconcelos abandona el país, tras conocer la huida de Batista. La mayoría coincide en que se fue en 1959. Ese mismo año el diario oficial Revolución (que se editaba en los talleres de Alerta) publicó en noviembre una foto de este periodista junto a otras figuras del régimen anterior[1]. La intención del medio oficial era atacar al diario Prensa Libre y negar que la Revolución fuera comunista. Consideran esa acusación como parte de una campaña falsa que con anterioridad habían promovido miembros del gobierno de Batista, entre ellos, Ramón Vasconcelos. Al pie de la foto ponen unas ideas del periodista en las que menciona a los comunistas y al comunismo como ideología.

Sería esta una de las pocas referencias a su persona en un vocero gubernamental después de 1959, pero una cosa es clara: una vez que las fuerzas rebeldes toman La Habana, Vasconcelos temió por su vida; de lo contrario, no se habría marchado del país.

Por alguna razón que desconozco el reportero no se va para Estados Unidos, sino para España y luego para México. De su paso por estos países nada se sabe.

El periodista oficialista Ciro Bianchi afirma que, antes de partir para Cuba, enfermo y ciego, Vasconcelos se halla asentado en Yucatán, México. La versión dada por este periodista del regreso a Cuba de Vasconcelos es la única disponible actualmente en internet. Afirma Bianchi:

Un día el Comandante en Jefe Fidel Castro se topó con Gloria, hijastra de Vasconcelos y casada con Ramón Santé, que fuera importador y distribuidor en La Habana de la Mercedes Benz y los camiones Berlietz. El entonces Primer Ministro se interesó por el viejo periodista que enfermo y ciego se hallaba asentado en Yucatán. Exploró ella la posibilidad de su regreso y Fidel la creyó posible. Parece que el Comandante intervino directamente en el asunto y Vasconcelos retornó, en 1964.[2]

Bianchi no dice cómo supo de ese acontecimiento que evidentemente no vivió de primera mano. Sin embargo, esta escueta versión del regreso de Vasconcelos hace aguas por todas partes.

El escritor de crónicas oficiales no dice cómo un hombre tan ocupado y con tantos anillos de seguridad para ese momento como Fidel Castro, «un día se topó» con un familiar de Vasconcelos, como si fueran dos viejos conocidos que por casualidad o azar se ven en la calle o en un lugar público. La hija o hijastra de Vasconcelos no tenía ninguna relevancia pública, y Castro no se movía solo a ningún sitio. Ni el mismo Bianchi puede creer que ese encuentro ocurrió de ese modo.

Luego Bianchi dice que es Castro quien se interesa por Vasconcelos y no al revés. O sea, no es Gloria quien le plantea a Castro el deseo de su padre de regresar al país, sino Castro quien presuntamente se preocupa y pregunta por Vasconcelos. El dictador finalmente accede a que su viejo conocido retorne, al enterarse de sus graves problemas de salud.

La evidente intención es presentar a Castro como un hombre magnánimo y comprensivo, quien supuestamente tiene la capacidad de perdonar y ceder ante sus enemigos políticos. Nada más falso. La historia de la mundialmente conocida cantante Celia Cruz y su fallido intento de regresar a Cuba para ver a su madre moribunda, en 1961, por sólo mencionar este caso, demuestra que Castro jamás se movía por sentimientos, sino por meros cálculos políticos.

Quiénes y cómo intermediaron con Castro para que este aceptara el regreso de Vasconcelos a Cuba es un acontecimiento del que no existen versiones oficiales ni tampoco independientes. Lo más probable es que el régimen cubano sacó un cálculo sencillo: debido a su enfermedad y salud Vasconcelos no representaba una incomodidad para sus planes. El viejo periodista tenía a su escasa familia en Cuba: su hija y nieta, y deseaba estar con ellos antes de morir.

La prensa oficial no pasó por alto la muerte de Vasconcelos y publicó una muy breve nota sobre su deceso. En una de sus partes expone:

Vasconcelos, brillante periodista, que fuera Ministro del gobierno depuesto por la Revolución, salió de Cuba en el año 1959, pero prefirió regresar a nuestro país para pasar los últimos años de su vida a su entera satisfacción.[3]

Resulta cuando menos llamativo el calificativo de «brillante periodista» que le prodiga el castrismo al autor de La letra de molde al final de su vida, tal vez sólo por el hecho de haber fallecido en Cuba. La historia posterior corrobora que aquella «generosidad» podría calificarse de anecdótica.

Lo cierto es que ninguno de los varios libros de Vasconcelos se ha vuelto a editar en Cuba y su figura es bastante desconocida para varias generaciones de periodistas. Una biografía y el rescate de su obra continúan hoy siendo una asignatura pendiente para periodistas e investigadores.

 

  1. ¿Por qué la Revolución le ha salido al paso a Prensa Libre?, en Revolución, 24 de noviembre de 1959, p. 8.

  2. Ciro Bianchi Ross, 19 de octubre de 2022, en “Vasconcelos y su pluma de oro” – Cubaperiodistas

  3. «Falleció Ramón Vasconcelos», Noticias de Hoy, 12 de agosto de 1965, p. 3.

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