A Daniela Rouco Lledes (La Habana, 1997) no le preocupa que le digan que es una artista naif o grotesca o que dibuja como un niño de cinco años.
Para la matemática del ojo, Daniela sigue sumando 2 más 2 y le da 5, como en ese graffiti que recorre las paredes más sucias de La Habana.
Porque a Daniela no le interesa la realidad sino como belleza profunda, para la que hay que pervertir formas, formatos y demás criaturas de lo estéril.
A Daniela le asquea la superficie, escupe y se sumerge en el subsuelo con su bad painting, de donde sale rebautizada como Drama Visual, mitad mujer, mitad impulso psicodélico y creación erótica.
Pero también, ya que estamos, hay aquí la cívica joven, el activismo de la verdad artística contra la mojigatería de los ideólogos, la pornografía de la imagen contra el manual de marxismo.
No intente buscar a Guston o a Basquiat aquí. No los hallará. Estuvieron mirando, se hicieron una seña y pasaron de largo. Demasiado Drama…
✍🏽 Mario Ramírez
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