Cuba Constituyente

✍️ Alenmichel Aguiló

Hace casi cuatro años presentamos desde el Grupo Ánima un proyecto de investigación y podcasting sobre tres procesos constitucionales cubanos del siglo XX. Desde entonces hemos sido testigos de una pandemia, una debacle nacional, estallidos desesperados de rebeldía y mucha represión. El proyecto acabó por perder el impulso inicial pero quedó en la columna de mis deudas personales, que espero comenzar a saldar hoy y a lo largo del próximo año.

Ahora, un grupo de amigos estamos comenzando un nuevo proyecto de colaboración con el propósito común de alcanzar los mismos fines que nos propusimos desde Ánima, los que me proponía yo desde Cuba Constituyente: cultivar la cívica nacional desde el diálogo entre el presente y su pasado. Un pasado en el que están muchas de las causas de nuestras desventuras actuales, pero en el que también podemos encontrar esos caminos que abandonamos y que hoy parece que pudieran llevarnos a un mejor destino. La cívica nacional, entendida como virtud en el ejercicio de los derechos y deberes ciudadanos, existió y sigue existiendo en Cuba no sólo como conjunto de valores, sino como práctica.

La pureza de los valores siempre parece deslucirse en su práctica, pero no debemos engañarnos, en ese hecho de connotaciones ambiguas a veces, que no puede evitar las interpretaciones tendenciosas, puede encontrarse la semilla de un bien que es necesario cultivar. Por eso es esencial ejercitar la memoria de la cívica para finalmente construir la cívica de la memoria, el espacio en que nos reconciliamos con el pasado y lo vemos ya no como una conspiración del odio sino como sustancia de lo que somos.

En 2020 escribí una presentación para lanzar este proyecto con los amigos de Ánima. Hoy Memoria Cívica me da la oportunidad de un nuevo comienzo, ese que deberíamos merecer todos. A continuación reproduzco algunas de las ideas de entonces, que permanecen en los fundamentos de Cuba Constituyente, y otras con las que espero enriquecer un poco más esta pequeña contribución a nuestro acervo ciudadano:

Asumo que si dijera que hablaré sobre historia de Cuba, sobre derecho, sobre constituciones y, especialmente, sobre historia del derecho y las constituciones cubanas, no faltarán coterráneos que quieran escucharnos si saben que no van a oír la misma doctrina con la que nos aturdió durante tantos años la escuela única. Eso queremos presentar hoy: un podcast sobre las asambleas constituyentes cubanas. Ahí están los diarios de sesiones donde se recoge cada debate, cada moción, cada enmienda, cada base. Y están los textos constitucionales. ¿Por qué no recorrerlos detenidamente y descubrir cómo se discutieron problemas que aún no están resueltos, o cuya resolución fue defectuosa o cuya solución fue olvidada con el paso del tiempo y las ideologías?

El derecho y, sobre todo, su rama constitucional llevan llamando la atención de los cubanos desde hace unos años. Nos dieron nueva constitución en 2019, nos dan nuevas leyes y normas de año en año y nos las aplican de forma sospechosa desde hace mucho. La clase de educación cívica no consiguió aportarnos demasiadas herramientas para comprender —y con comprender quiero decir defendernos en— el mundo de las normas coercitivas sobre las que se asienta todo estado.

Sirva este podcast no solo como documento e investigación histórica sino también como ejercicio de aprendizaje cívico que permita apreciar los contornos y contenidos de las normas y el derecho, así como su desenvolvimiento en el tiempo y las resonancias actuales de aquello que ocurrió hace más de 100 años. Aquí trataremos de seguir el día a día de las asambleas constituyentes de 1901, 1928 y 1940 con sus conflictos, dramas, tensiones, decepciones, esperanzas y hasta algunos momentos de humor.

La primera serie estará dedicada a la Asamblea Constituyente que comenzó a sesionar el 5 de noviembre de 1900 y dio como resultado la constitución de 1901. En un primer momento abordaremos los antecedentes y la forma en que se organiza y autorregula una asamblea de este tipo. Y así iremos desgajando los temas que suelen ser relevantes en procesos similares a medida que seguimos la discusión de los preceptos. La estructuración del sistema de derechos fundamentales, el diseño del sistema electoral, la organización de los poderes del estado y de su estructura territorial; y muchos otros aspectos de la construcción de un país en tanto entidad jurídica estarán presentes en nuestras historias. Las comparaciones con experiencias de otras latitudes o con el estado de cosas del presente serán muy útiles para la comprensión cabal de estos procesos.

Y también estará la gente. Los que participaron en la asamblea y tendremos en primer plano casi todo el tiempo; los que fueron espectadores en primera fila y comunicaron al resto de la sociedad sus opiniones, esperanzas y temores al respecto; y la sociedad en pleno, su forma de vida, sus ideas, sus bienes materiales y morales puestos en juego en las discusiones que pretendían organizar la comunidad política de la que participaban.

Por eso, a partir de septiembre y cada dos semanas, estaremos publicando un episodio de nuestro podcast en el que presentaremos los orígenes de la Convención de 1900, seguiremos la cotidianidad de los debates y discutiremos los temas tratados y su relevancia para el conocimiento del derecho, la política y el patrimonio cívico de los cubanos de hoy. En las redes sociales de Memoria Cívica estaremos compartiendo información colateral pero relevante sobre la Constituyente, sus protagonistas y la época en general. Y de una manera más distendida, dedicaremos algunos espacios de Hablando de Memoria —otro podcast que estaremos realizando paralelamente y que presentaremos muy pronto— a ampliar la información que pueda ser interesante sobre los hechos y personas involucrados en el proceso.

No queda más que celebrar este segundo comienzo esperando haber aprovechado para bien los reveses y contratiempos del primero, así como esperamos hacer en este otro proyecto desmesurado que nos fue dado sin elección, pero sobre el cual exigimos y debemos seguir exigiendo el derecho terminante a elegir porque para eso es nuestro, y que se llama Cuba.