Jóvenes ambientalistas hacen limpieza en la costa de La Habana (Facebook/ Amanda Triana).

El 3 de julio de 2021, con el auspicio de una mañana soleada, la jornada despertó con un inusual ajetreo en la desembocadura del río Almendares, específicamente en la margen oeste. Calle A, entre 0 y 3ra, frente al Club Johnny, del municipio Playa, testimonió el despliegue de unas treinta personas, en su inmensa mayoría jóvenes, con el expreso propósito de recoger los desechos plásticos que la deriva del río y las corrientes del mar depositan en la zona. Esta acción vinculante guarda estrecha relación con el reciclaje del material recuperado. En rápida conversación con Amanda Triana, una de las promotoras del operativo, recabamos más información.

—¿Cómo surge la iniciativa? ¿Quién la organizó?

—Surge a raíz de que mi amiga Karime y yo vimos una convocatoria en Instagram para realizar una recogida de basura en Habana del Este. Pensamos que estaba muy lejos, y nos dijimos, ¿por qué no hacer la nuestra? Después le comentamos a Diego, un amigo en común, y también se nos unió. Él fue parte importante en la organización del evento.

Amanda Triana y otros jóvenes ambientalistas hacen limpieza en la desembocadura del río Almendares (Facebook/ Amanda Triana).

 

—¿La realizaron bajo algún slogan o nombre para la convocatoria?

—No, ninguno, sólo hicimos un cartel convocando para ese día.

Limpieza de residuos sólidos en la desembocadura del río Almendares, 3 de julio de 2021, La Habana (Facebook/ Amanda Triana).

 

—¿Cuál fue la composición generacional de los participantes? ¿Había solo jóvenes?

—La gran mayoría éramos adolescentes y jóvenes, sólo había tres personas de más de 30 años, y una de ellas fue mi mamá.

La degradación de las márgenes del Almendares supone una tarea difícil para los ambientalistas (Facebook/ Amanda Triana).

 

—¿Recibieron apoyo o supervisión de alguna institución?

—Recibimos apoyo de Estudio 50, que recepcionó el plástico recogido; CNA ATRES, una cooperativa no agropecuaria de Matanzas, que va a utilizar ese plástico para hacer ecomadera; y Juanky’s Pan, un emprendimiento gastronómico de comida rápida, que nos resolvió el transporte, nos salvó el día.

Después de una extenuante jornada, los jóvenes lograron la recogida de buena cantidad de sacos de basura y detritus de las márgenes del Almendares (Facebook/ Daniela Triana).

 

—¿Qué tiempo les tomó el trabajo?

Comenzamos a las 8:00 a.m., y terminamos sobre las 11:30 o 12:00, que fue a la hora que llegó el camión. Nos demoramos un poco porque se nos iban uniendo los activistas poco a poco, y también que la selección de los desechos lleva tiempo.

—¿Estudian o trabajan ustedes?

—Sí, somos estudiantes, yo de la Facultad de Psicología, Karime Prendes en el preuniversitario y Diego Marrero en la Facultad de Economía.

—¿Tienen alguna otra filiación cívica, otras causas que los involucren a nivel social?

—Mi familia tiene un proyecto comunitario con niños, en el cuál me crie, y ahora formo parte de él como educadora. Mis compañeros no están comprometidos con nada en específico.

Yo vivo en los alrededores del río Almendares, por lo tanto, me ha tocado de cerca el tema de la contaminación. Ya era hora de hacer algo al respecto.

—¿En qué consiste el proyecto comunitario para los niños?

Se llama El Trencito, y data de 1995, cuando lo fundaron mis padres, graduados de Historia del Arte. Mi papá comenzó a hacer artesanías en barro para incrementar la economía familiar durante el período especial, y los niños del barrio de El Fanguito, que es una comuna marginal a orillas del Almendares, comenzaron a interesarse por las figuras que él hacía. Mis padres se asesoraron mejor, y así surgió el proyecto. Mi hermano y yo crecimos en él, y desde temprano fuimos educadores del mismo. Ahora el rango se ha abierto a otras manifestaciones artísticas, creando valores y sensibilidad entre los niños de ese barrio tan vulnerable.

—¿Contemplan el descuido medioambiental que vemos a diario en la ciudad como algo aislado, o piensan que es consecuencia de otros trastornos paralelos… o mayores?

—Creo que son muchos los problemas y factores desencadenantes, empezando por la mala gestión económica que tiene nuestro país, que no está estructurado para el cuidado medioambiental de una ciudad, también el descuido de instituciones que tendrían que velar por ello, a la ausencia de un marco legal que contribuya a mayor disciplina, y a la falta de conciencia social que existe.

—¿Habrá continuidad en las acciones?

—Sí, por supuesto. Lo que se haga en lo adelante estará enfocado en el río Almendares. No queremos aventurarnos con planes, pero la idea es hacerlo una vez al mes, y tratar de unir más gente cada día.

(Entrevista publicada originalmente en Árbol Invertido, el 6 de agosto de 2021)

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