A Luis Manuel Otero y todos los prisioneros y manifestantes del 11 de julio.

 

 

¡Ciudad de Dios: de pie!

¡De pie, porque esta es la estatura que nos ha dado el Padre!

¡De pie, porque vamos cayendo sin remedio como falsas ofrendas ante el ídolo del poderoso!

¡De pie, con el vecino y el extraño y el desconocido y el demente!

¡De pie, hasta que la palabra nos grite en la boca del otro que somos lo que somos en la Ciudad de Dios!

¡Miedo, miedo! ¡Tenemos miedo, miedo! ¡Tenemos hambre, tenemos muerte, tenemos miedo!

¡De pie, y andando!

¡A la calle, Ciudadanos!

Cuando Dios dice Ciudad nosotros gritamos con el alma:

¡Ciudadanos!

¡Aquí estamos, ripiados, y venciendo!

Félix, mira lo que está haciendo ahora mismo San Antonio: lo perdido, encontrado!

¡A la calle mi muerte, a la calle mi fracaso, a la calle mi agonía!

¡Mi dignidad, mi coraje, mi ilusión, mi chance de vivir como me dé la gana!

¡Completo en mi alma, en mi gesto, en mi historia, en mi calle, en mi pueblo, en la cercanía de Dios!

¡Hoy se acaba la miseria, el estropicio, la desesperanza, la pasividad, la locura!

¡Locos de dignidad, locos de patria, locos de Dios!

¡Cuando yo digo socialismo ustedes dicen: mentira!

¡Cuando yo digo partido ustedes dicen: oprobio!

¡Cuando yo digo gobierno ustedes dicen: afrenta!

¡Cuando yo digo presidente ustedes dicen: singao!

¡A la calle que es nuestra, ciudadanos, para ser por una vez en la vida, ciudadanos!

¡Mira que nos han quitado la dignidad, la gigante y la pequeña!

¡Mira que no existimos, que somos un número de la retaguardia, una cosita sobrante!

¡Mira que nos vamos muriendo como cadáveres anticipados, como equivocaciones de nosotros mismos!

¡Tú que nos quitaste la libertad, tú eres el demonio!

¡Tú que nos impides la paz, tú eres el demonio!

¡Tú que nos has desgraciado nuestra oportunidad sobre la tierra, tú eres el demonio!

¡Y te lo decimos de una vez por todas: no te tenemos miedo!

¡Porque tú eres el fracaso sin fin, el disparate sin redención, la maldad que repudiamos!

¡Retrocede, animal!

¡Aquí va el roto, el descamisado, el miserable que tú fabricaste!

¡Aquí que va el periodista, el sacerdote, la mujer exquisita, el barman!

¡Aquí va lo que nos queda de valentía, antes de ser sepultados como escorias del Proceso!

¡Nos han destruido los cuerpos y las almas y ahora les desbaratamos lo que sea!

¡Justicia con la vitrina en pedazos, con los alimentos que nos faltan y no podemos pagar,

con los equipos que debieran hacernos felices!

¡Justicia con la patrulla que nos acosa, justicia con la bandera desplegada en el techo culpable!

¿Entienden, ladrones? ¡Todo esto es nuestro, y hacemos con lo nuestro lo que la justicia nos demanda!

¡Ahí vienen los mayordomos y los mayorales a defender los latrocinios de sus implacables jefes!

¡Repugnantes barrigones!

¡Repletos de ostras, de quesos azules, de salmón y caviar, en los yates de las aguas caribeñas!

¡Abatiendo antílopes en el Coto de Caza!

¡Hasta en los cementerios estáis aparte, aristocracia de la porquería!

¡Y ahí vienen los de uniforme de gala y los vestidos de civil para fingir que son pueblo, a proteger a sus expoliadores!

¡Y si me mientas la madre te parto la cara!

¡Y si te conozco del barrio te recuerdo la tuya!

Y Nacho enfrenta al policía delante de la cámara y grita: ¡Asqueroso! ¡Asqueroso!

¡Abusando de tu propia gente! ¡Asqueroso!

Sigue jodiendo con lo de Pepito que te vamos a poner el grillete y te vamos a rasurar

y te vamos a descojonar y te vamos a despingar, comepinga!

¡Ah pero miren a estos infelices con su escándalo público como si no le pudiéramos

partir el culo cuando nos salga de los cojones!

¡Pártele el cráneo a ese tipo de la sotana! Pero ¿qué es lo que hace ese imbécil mierdero aquí?

¡Sigan pasando por guapos que todavía no hemos sacado los blindados!

¡Tan flacos y tan flojos que ni siquiera se merecen tableteos de ametralladora

y nuevos gritos de guerra y de victoria!

¡Les vamos a golpear con el palo de marabú, y les vamos a arañar la jeta con la espina del marabú,

y les vamos a meter el marabú por donde más les gusta!

¡Ciudad de Dios, estás de píe por una vez en el siglo!

¡Vertical, con el cielo de la patria ardiendo encima!

¡Nadie puede detenerte, Ciudad, porque tú eres ahora el Número de Dios!

¡La cifra escogida por la verdad, no la cantidad aplastada y asfixiante, no la masa sin rostro en la obligación de la mentira!

¡Tú eres mi propio rostro, y tu osadía me restaura!

¡Pasas, Ciudad, delante de mi puerta, y me sacas del sopor de mi siesta sin fe con una muy merecida bofetada!

¡Abajo la dictadura!

¡Viva Cuba Libre!

¡Viva Cuba Libre ahora y para siempre!

¡Viva Cuba Libre por todos los siglos!

¡Abre las Puertas del Capitolio, Pueblo de Dios!

¡Siéntate en la Silla de los Padres!

¡Hala la campana!

¡Hala la campana!

¡Hala la campana, Carlos Manuel!

¡Filadelfia!

¡Filadelfia!

¡Filadelfia!

Amén.

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